viernes, 29 de enero de 2016

La infanta que abdicó por amor

El caso Noos y sus ramas derivadas, como Aizoon, va quemando etapas. El día de hoy se ha conocido que el Tribunal que juzga este caso ha desoído el recurso del abogado de la infanta Cristina de Borbón y de la Fiscalía que pedían aplicar la doctrina Botín que valió para que el ex presidente del Banco Santander no fuera juzgado porque sólo sostenía la presunción de culpabilidad la acusación popular.

¿Esto significa que la infanta Cristina de Borbón sea culpable? Pues no. Significa que seguirá sentada en el banquillo de los acusados y que la ley con la que se juzga a cualquier español será igual de indulgente o dura para ella.

Es un sentimiento común la creencia de que Iñaki Urdangarín y Diego Torres, los socios de Noos son culpables de los delitos que se les imputan. Igualmente, hay una sensación extendida de que la infanta Cristina es cómplice de la evasión de impuestos que representa la empresa de la que ostenta el 50% de la participación: Aizoon. 

Y llegado este momento, tengo que hacer de abogado del diablo y reconocer que todos los acusados en este caso, como cualquier otro acusado en cualquier otro proceso judicial, son acreedores a la presunción de inocencia. Mientras el Tribunal no falle en su contra, si esto llega a ocurrir, serán inocentes. En este Estado de Derecho llamado España, hay que demostrar la culpabilidad, la inocencia se presupone. 

¿Estoy diciendo que los duques de Palma son inocentes? No. Pero tampoco estoy diciendo que sean culpables. Será el juicio y será el tribunal que les juzga quienes tengan la última palabra. Sólo pido paciencia y frenar el juicio paralelo y mediático que sienta cátedra en el común de los mortales.

Si la gente piensa de antemano que los condes con culpables, si luego son declarados inocentes, se dirá que la Justicia no es igual para todos. No me resigno a ello. Yo sí que creo en la Justicia. 

Y de momento todos los pasos dados van en esa dirección. 
Muchos dijeron que no se abriría una causa contra un duque, y se abrió. 
Muchos dijeron que no se atreverían a imputar a la infanta, y se la imputó.
Muchos dijeron que la imputación se levantaría y no veríamos el señalamiento del caso y a los duques sentados en el banquillo de los acusados... y los vimos.
Y muchos dijeron que se les aplicaría la doctrina que permitió evadir el banquillo al todopoderoso Botín, y no se le aplicó. 

El juez instructor del caso, José Castro ha tejido durante años una paciente instrucción, sometida al arbitrio de la Audiencia de Palma, que en un primer momento dictó que la infanta no debía ser imputada por el caso Noos, pero daba las pistas al juez para que apuntara hacia Aizoon, primavera de 2013.

Y la figura del fiscal, al que ahora casi todos denostan, pero que fue quien inicio el procedimiento llevando al juez los fundamentos y pruebas necesarias para abrir este caso. En cuanto a la infanta, el fiscal tiene su propia opinión y actúa en consecuencia. No es ni buena, ni mala, simplemente es distinta a la del juez. Y ahí radica la independencia judicial.

Finalmente, la infanta ha abdicado de la sucesión de la corona, no por derecho, pero sí por la fuerza de los hechos. Y lo ha hecho por la confianza y el amor en su pareja. Esto, también es digno de alabar. 



No soy monárquico, pero creo en la Justicia, diga la sentencia lo que diga, que seguramente será lo más correcto ateniéndose a los fundamentos de Derecho.

@ajcalzado

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